domingo, 7 de marzo de 2010

NUNCA ME HAN BESADO



Él había venido a trabajar a otra ciudad, un amigo suyo le había encontrado un apartamento muy agradable y tranquilo, bastante céntrico, cerca de su trabajo; no era un edificio muy grande, eran pocos vecinos, no tardó en conocer a los que vivían en la puerta de al lado, era una señora mayor que vivía con su hija; la señora era muy extrovertida y amable, pero su hija se la veía como cohibida, de pocas palabras y lo poco que hablaba lo hacía sin mirarle a los ojos.

Por coincidencia de horarios laborales, la fue viendo con cierta regularidad, pero sus aptitud era la misma, casi respondía con monosílabos y seguía sin mirarle a los ojos.Un día, la encontró a la puerta con la compra, llevaba muchas bolsas y casi no se desenvolvía con tanto peso, él se ofreció a ayudarla, a pesar de su resistencia inicial accedió al final a que la ayudara, al llegar a la puerta él la ayudo a introducir las bolsas en la casa y ella quizás por agradecimiento le ofreció un café, dicho con un tono de voz tan bajo que era casi inaudible.

Se acomodaron en el salón y empezaron las típicas conversaciones insustanciales que habían tenido, hasta que ella fue tomando confianza y le habló de su trabajo, era enfermera; mientras ella hablaba, él se pudo fijar más en su aspecto, tendría entre cincuenta y cincuenta y cinco años, era una mujer que no se preocupaba mucho por su físico, un corte de pelo que le favorecía muy poco, con un color nada atractivo, una ropa muy clásica.Aunque él hablaba más, ella cuando lo hacía, era siempre en voz baja, seguía sin mirar casi nunca a los ojos de su interlocutor y soltaba a veces una risa nerviosa; le contaba que vivía con su madre, que casi no tenía vida social; él notaba que tenía ganas de hablar, pero una enorme timidez se lo impedía.

Pero poco a poco se iba soltando, le decía que se encontraba a menudo muy sola, que a su edad es difícil hacer amistades, y que ya casi se había olvidado de encontrar pareja; todo esto le produjo a él una corriente de simpatía y de ternura hacia ella, notaba que era como una especie de desahogo, que le había costado, pero que lo necesitaba.

Cuando le acompaño a la puerta, se le quedo mirando y después de un silencio que parecía eterno, le dijo con una voz muy baja y nerviosa.

-Nunca me han besado

Él se quedó muy sorprendido, cuando iba a decir algo ella continuó.

-Ningún hombre me ha besado jamás, nunca le interesé a nadie, cuando hablan del amor me entristezco mucho, nunca me han dicho te quiero.

Él no salía de su sorpresa, iba a hablar, pero se contuvo, se quedó mirándola fijamente y sin darse cuenta su mano se desplazó hasta el rostro de ella; se asusto un poco, pero dejo que esa mano la acariciara suavemente. Después con la otra mano rodeo su cabeza, el se acercó más y se quedaron mirándose fijamente, el reloj parecía haberse detenido, y él fue acercando sus labios a los de ella; ella empezó a temblar iba a decir algo cuando el la besó, bueno fue más un roce, pero después empezó a amoldar sus labios a los de ella, y poco a poco empezó con un beso largo, dulce, suave, mientras ella se dejaba llevar, él notaba en sus brazos como ella iba aflojando su cuerpo.

El tiempo pasaba y ellos seguían con ese beso sorpresivo, inesperado, eterno; casi al mismo tiempo sus labios se separaron, él sonrió, ella estaba un poco ruborizada, sin saber que decirse, el empezó a abrir la puerta.

-Gracias, le dijo ella

-Ha sido un placer, sonrió y cerró la puerta tras de él.

Ella se quedó pensativa mirando la puerta cerrada, tenía sensaciones encontradas, quería reír y llorar a la vez, no sabía que hacer, estaba en trance; de pronto se acordó de algo, abrió un cajón del mueble del salón y sacó lo que parecía un folleto publicitario, era de un crucero para solteros, una compañera se lo había pasado y la animaba a ir, pero ella ni se lo había planteado.

De pronto se acercó al teléfono, marcó un número y al oír la contestación preguntó.

-Buenas tardes, llamaba para informarme de un crucero para solteros que anuncian ustedes; y al decir esto, una sonrisa enorme iluminó su rostro, casi nunca había sonreído así, pensaba que había llegado el momento de buscar esas sonrisas, de no dejarlas escapar, había llegado el momento de vivir.

J.Carlos



HOT CHOCOLATE (It Started with a Kiss) 1982

22 comentarios:

Naia Marlo dijo...

Feliz domingo J. Carlos,

¡Te has lanzado a la Narrativa!

Lo que puede hacer un beso. El beso dado con toda la ternura y compasión, le dejó a ella la sonrisa de empezar a vivir y sentir el amor y los besos nunca recibidos.

Hermoso texto.
Un abrazo muy sereno para ti,
Naia

Bowman dijo...

Hola Naia, un beso puede hacer muchas cosas, entre ellas, que despiertes al mundo y a la vida, que nunca dejemos ese beso pendiente por dar o recibir.
Un fuerte abrazo

Mar-Giverny dijo...

Me he llevado una sorpresa:-) Me quedo con el final, al menos se dio cuenta al fin que hay que vivir, hay que beberse la vida a sorbos.
Besos

ÁFRICA dijo...

Hola J.Carlos, si como dice nuestra amiga en común “te has lanzado a la narrativa”
Primero sentí una tristeza grande, al ver que una mujer con cincuenta años, aun no ha sentido el roce transparente de un beso.
Pero aprendí la lección hay que pedir las cosas, porque podemos seguir caminando.
Al final feliz, no importa que ella se lo pase bien o mal en el crucero, lo que importa es que se ha sentido viva.
Un beso

Josep Julián dijo...

Me ha gustado tanto la historia como la metáfora que, sin duda, es pidamos lo que necesitamos, no demos nada por perdido ni por supuesto.
Un abrazo.

Unknown dijo...

Que buena historia!!!..

Me hizo acordar de una señora mayor que conocí justo ayer. 64 años dijo que tenía y era soltera sin hijos...
Le comenté sobre clases que daban gratis en la municipalidad (ayuntamiento creo que les dicen allá), y que eso le abriría un mundo de oportunidades de conocer gente nueva...

A veces la realidad supera la ficción.

Cariños desde mi zamarreado Chile.

Sandra

Camy dijo...

Existen más personas solitarias de lo que muchas veces pensamos, en este caso ni tan siquiera conocía el sabor de un beso, beso, que le ha servido de despertar y ánimo para empezar aventuras desconocidas.
un beso

Bowman dijo...

Hola Mar, de eso se trata, de no quedarte al margen, de apurar la vida al máximo, sea a la edad que sea.
Besos

Bowman dijo...

Hola África, produce una sensación de tristeza el pensar que llegas a esa edad sin conocer algo tan simple, pero maravilloso como es sentir el amor en tus labios.
Pero lo importante es la reaccción de querer vivir la vida que no has podido vivir.
Besos

Bowman dijo...

Hola Josep, por supuesto que no podemos dar nada por perdido, sería como renunciar a la vida, casi todo lo podemos obtener si nos lo proponemos.
Un abrazo

Bowman dijo...

Hola Sandra, feliz de reencontrarte; es cierto que a ciertas edades tiendes a abandonarte y pensar que todo ha acabado, pero siempre hay oprtunidades de relacionarte y no aislarte de los demás.
Un saludo a tu gran país.
Besos

Bowman dijo...

Hola Camy, la soledad es una de las enfermedades de nuestro tiempo, más extendida de lo que creemos; pero a veces surgen oportunidades de superarla si tenemos el valor de hacerlo.
Besos

Beatriz dijo...

La vida es generosa, siempre nos da oportunidades. Lo difícil es darse cuenta que están allí, a nuestro alcance . No hay límites para la felicidad.
Un abrazo-

Anónimo dijo...

Hola José!
muy bella historia y sabes? si de solo pedir se trata...
pienso que solo hay que encontrar la forma...
no deseo que pase mas el tiempo y dejar de escapar esas sonrisas...
abrazos enormes
Te quiero mucho!
=)

ev dijo...

¿De dónde surgió este relato JC? Un recuerdo, una nostalgia? Soy una vina.
Beso

Bowman dijo...

Hola Beatriz, es cierto, es generosa; pero a lo mejor vemos esas oportunidades, pero el miedo nos impide aprovecharlas.
Besos

Bowman dijo...

Hola Ana, muchas gracias por tus palabras; si hay sonrisas pensdientes no las dejemos escapar, puede que se marchen para siempre.
Un fuerte abrazo y un beso, sabes que el cariño es recíproco

Bowman dijo...

Hola Ev, la historia se me ocurrio de conocer varios casos de personas que se sentían así y que seguramente nadie las había besado de esa manera.
Hay bastantes más de las que pensamos, hombres y mujeres.
Besos

aroma dijo...

Un bonito despertar al crucero de la vida..ramilletes de besos que regalan sonrisas... :) Un abrazo cariñoso

Bowman dijo...

Hola Aroma, un placer reencontrarte; muy bonito despertar, el más bonito de todos, cuantas puertas puede abrir un beso.
Otro abrazo cargado de cariño para tí

Meiga dijo...

Me encanta; es como si el comienzo de algo pudiera estar al final de algo, donde menos te lo esperes, y cuando menos lo esperes... La prosa también envuelve en tus escritos. Gracias por eso.

Abrazotes gigantes, JC

Bowman dijo...

Hola Karmen, la verdad que hay muchas ocasiones que el curso de nuestra vida cambia en un segundo y todo es distinto, sólo falta aprovechar ese momento para cambiarala de verdad.
Gracias a tí por tu presencia.
Un abrazo enorme